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Court Central Guillermo Vilas
El estadio más grande de latinoamérica
El estadio denominado “Tribuna Central”, como se lo conoció desde su creación, surgió por la necesidad de contar con un lugar donde alojar a la cada vez mayor cantidad de espectadores en los torneos de la institución. La Comisión Directiva presidida por Don Dionisio Mongay aprobó su construcción el 26 de octubre de 1925, encargando a Diego Cerboni conseguir proyectos y presupuestos. A través de un bono para recaudar fondos se llegó a la cifra buscada y en mayo de 1926 comenzaron los trabajos con la dirección del ingeniero Alberto Dumas y el arquitecto Carlos Dumas, socios del club, quienes donaron sus honorarios profesionales.
Resultó una obra de gran porte para la época, como así también la capacidad (inicialmente 3.000 espectadores), sobre una estructura de cemento armado, tribunas y dependencias debajo de las gradas. Originalmente se pensó en realizar un estadio similar al de Forest Hills en Nueva York, tipo herradura, sin montar la tribuna Oeste para que la sombra del sol no molestara a los jugadores. Pero se desestimó pensando que ese era el lugar de mayor privilegio para ver partidos. Para salvar el problema dejaron un espacio de diez metros entre las líneas de fondo y laterales con respecto a las tribunas, retardando el mayor tiempo posible la aparición de las sombras.
Fue habilitada por primera vez el sábado 9 de octubre de 1926, en ocasión de las jornadas finales del campeonato Sudamericano entre Brasil y Argentina. La inauguración formal tuvo lugar el domingo 6 de noviembre de 1927, para el encuentro entre los tenistas argentinos y los del Racing Club de París, memorable visita patrocinada por el club. El ángulo de las tribunas fue estudiado para que ningún espectador molestara la visual de otro, lográndose un óptimo dominio del campo desde cualquier posición. El palco oficial se armó sobre la cabecera Norte, emulando al de Wimbledon y los accesos del público por ocho escalinatas en cada uno de los ocho lados del complejo, independientes de la cancha.
Se convirtió en el estadio de tenis más grande de Sudamérica, con un costo de 60.000 pesos (unos 25.000 dólares de la época). En 1953 se realizó una ampliación con graderías superpuestas, dirigida por el arquitecto Mario Roberto Alvarez, que llevó la capacidad a cerca de 6.000 personas. Con los años tuvo modificaciones hasta llegar a una taquilla de 5.027 butacas. Frente al estadio se construyó una pileta de natación de 300 metros, sobre el sector de las vías. La entidad contaba desde 1916 con una cancha con tribuna denominada “Tribuna chica”, la misma que hoy, desde el 31 de mayo de 1958, lleva el nombre de “Alberto A. Bullrich”, uno de los presidentes del BALTC.